martes, 23 de abril de 2013

Primer curso de emergencias y catástrofes llega a Talcahuano


   


  •    Atrás queda el terremoto, pero las lecciones que este dejó siguen presentes. Tanto así, que la región del Bíobío es la elegida para realizar un entrenamiento internacional, que tiene por objeto enseñar técnicas de  búsqueda y rescate de víctimas. 


Por Erika Allendes Rojas 


  

No es un día cualquiera en el Puerto de Talcahuano. Son las 23. 00 horas del viernes 22 de marzo y corre un viento frío que anuncia que de verano poco  queda. En la denominada zona cero del 27-F se observa un ajetreo inusual, pues 150 personas descienden de buses para dar inicio al primer curso internacional de emergencias y catástrofes, que dictará en nuestro país la Brigada Internacional Tlatelolco Azteca (Birta).

Ellos tienen la tarea de entrenar en dos días a miembros del Cuerpo de Carabineros, Bomberos, Fuerzas Armadas, enfermeras, prevencioncitas de riesgo, distintos brigadistas e incluso, algunos civiles. El objetivo es que estos representantes de distintas entidades, aprendan técnicas de rescate y recuperación de cuerpos, materia en la que Chile aún está deficiente.

Todo comienza el viernes con una jornada de charlas dictadas en la Universidad Andrés Bello, donde los participantes pudieron escuchar parte de las experiencias de Los Topos, quienes son conocidos por recorrer el mundo prestando su ayuda y conocimiento ante eventos naturales.



     Los Topos 






¿Qué es ser un topo?, se preguntarán muchos. En palabras de Héctor Méndez, Presidente de la Brigada Tlatelolco Azteca, un topo es ser gente de honor, de palabra, solidaria y que acepta el mundo en una sola familia, donde no hay razas, credos ni políticas. “Nosotros como miembros de esta familia corremos en auxilio de los más necesitados”, resume Héctor Méndez.

Este grupo de origen mexicano ha echado raíces en países tan diversos como Turquía,  Italia, Venezuela, Indonesia, Alemania,  Argentina, Francia, Estados Unidos, Bolivia, El Salvador, España, Perú y Chile.  Cuentan actualmente con 67 miembros.

Debido a que han participado en rescates en edificios colapsados,  tornados, huracanes,terremotos y tsunamis, su  equipo se encuentra conformado por personas capacitadas para responder a diversas  dificultades. Por ejemplo, cuentan con un médico preparado para atender a las personas en el lugar de la tragedia, e instructores caninos que junto a sus perros, colaboran en la búsqueda de personas. 
  
Francisco Olejnik Vera es integrante de la Brigada y encargado de Logística de la Organización  No  Gubernamental k9 Ezeiza, Argentina. “Nuestra institución se especializa en la localización de personas que han sido víctimas de un evento natural o tecnológico. En esta oportunidad, somos invitados por Los Topos de Tlatelolco azteca, porque trabajamos en conjunto”,  dice Francisco.

Y agrega,  “lo que más me gusta de mi trabajo es poder tener la posibilidad de relacionarme con gente de distintos lugares y tratar de colaborar con ayuda comunitaria a las personas. También me gusta tener la oportunidad de mostrar el trabajo que hacemos durante las 24 horas del día en la unidad canina”.  

Francisco Mora Vázquez, también forma parte del equipo. En su vida diaria es médico y psicoterapeuta en adicciones, pero con Los Topos, se dedica a la medicina en desastres.  Debe encargarse desde la atención de sus compañeros para que puedan trabajar adecuadamente hasta atender a las víctimas en el lugar de la tragedia.

“Yo tengo que entrar al terremoto, a la estructura colapsada y atender al paciente ahí. La labor del médico en desastres es muy peligrosa, por eso pocos médicos hacen esto. Desde muy joven fui socorrista y me di cuenta que pocos médicos realizan esta labor; es más, muchos estudian sólo para ganar dinero. Yo decidí estudiar medicina para ayudar a las personas y por eso me dedico a esto. Es peligroso, pero me deja una gran satisfacción”, dice Francisco Mora.


  El entranamiento 


         La jornada de preparación física comienza alrededor de las 21.00 horas del viernes, ahí estaban apostados todos los participantes en el estacionamiento de la Universidad Andrés Bello. Esperan recibir las instrucciones del coordinador para Sudamérica de los Topos, Francisco Lermanda Morales.

Esa misma noche los alumnos fueron trasladados en buses al Puerto de Talcahuano, lugar donde armaron su campamento. La mañana del sábado comienza alrededor de las 10 horas, con ejercicios físicos, para luego continuar con un trabajo dividido en 6 estaciones: apuntalamiento y fortificación de estructuras colapsadas, rescate vertical, evacuación de víctimas en altura, búsqueda y rescate y técnicas de tope. Además, también está marcaje  y potabilización de agua para los propios participante de la jornada.

Se prevé, que el paso por las estaciones finalizará como a las 21 horas.  De ahí, viene toda una línea de ejercicios prácticos nocturnos, donde aplicarían el trabajo aprendido durante el día.

“Todos nuestros rescates son distintos. Si nosotros vamos a Irán, ese rescate será distinto a uno en Nueva Zelanda o Japón. Debemos cambiarle los escenarios y estructuras, porque todas esas técnicas van variando y le van generando una experiencia importante al rescatista. Los preparamos para eventos, situaciones y escenarios distintos”, explica Francisco Lermanda.

Y agrega, “cuando nuestro equipo decide sacar estos cursos internacionalmente yo estaba en la reunión y dije de inmediato… Chile. Incluso, se planea realizar este curso en Francia, Argentina, Turquía y Nueva Zelanda. Esto demuestra el valor que tiene, el bagaje de nuestra brigada. Es un verdadero lujo que se genere en Chile”.




    Las Protagonistas 


                           


Con tierra en su rostro se observa a Marisol Silva Dall’Orso, enfermera reanimadora del Samu de Talcahuano. A pesar de su notorio cansancio, con entusiasmo grita consejos a sus compañeros para que terminen un ejercicio grupal. Están todo su grupo sentado en el piso, uno tras otro y muy apegados. “Vamos …vamos”, dice Marisol.

“Aquí estamos todas las instituciones intentando conocer nuestras debilidades y fortalezas, por eso es súper importante este tipo de cursos, necesitamos ver en qué somos más fuertes o débiles. Es súper importante trabajar en conjunto, no interrumpirnos,  no molestarnos, si no que todo tenga el mismo fin”, evoca Marisol.

Hace 15  años trabaja como enfermera en el Samu de Talcahuano. “Me ha gustado mucho la mística de este equipo, de los instructores y de los compañeros, esta es otra forma de conocerse”, asevera.

También llama la atención Mónica Molina Ravanal, docente de psicología de la emergencia en Universidad de las Américas y sobreviviente del colapsado Edificio Alto Río. Ella cree que a  este curso le aporta valor el que sea una capacitación internacional, porque ayuda a actualizar los conocimientos de los bomberos. Permite además, reconocer los estándares  que deben ser comunes en este tipo de trabajo y sensibiliza a la comunidad, respecto de la labor que los rescatistas realizan.

“Yo vivía en el piso número 11 del edificio Alto Río, me desperté por el movimiento telúrico y bueno, siempre estuve consciente percibiendo lo que ocurría con la caída. Estuve toda la noche ahí, hasta las 8 de la mañana que fue cuando me sacó un bombero”, recuerda Mónica.

Considera que a pesar de que la capacitación es fundamental, también importa el corazón y la entrega que se coloca en esta labor. “Los bomberos y rescatistas arriesgan su vida por las personas que están atrapadas. Y si ellos, incluso, no estuvieran dispuestos a arriesgar su vida, qué sería de la comunidad cuando ocurran este tipo de emergencias”, afirma.