El ser humano se distingue del resto de las especies por el uso de la razón, pero debemos reconocer que aveces es lo que menos se utiliza. La mayoría de la veces, el hombre actúa por instintos, y creen ver a las mujeres como "presas", algo por lo cual según su banal concepto de amor, deben competir y sentirse ganadores para luego exhibir su trofeo. Me imagino que creen estar en la selva, gritando y golpeando su pecho para que el resto de las especies reconozca lo que le pertenece. Insólito ¿no?
La sociedad chilena en su esencia tiene impregnado el machismo, y no sólo los hombres, sino también las mujeres, atreviéndome a señalar que nosotras fomentamos esta acción. Conozco muchas historias de hombres que ven a las mujeres como una especie de premio, les gusta lucirlas para sentirse superior a los demás.
Sin duda este tema enroncha a muchos de los machos alfas, que por obcecados niegan ser así, eso de que hay excepciones es verdad, pero lamentablemente son "minoría" logran distinguirse, pero no así fomentar en el resto su digno comportamiento .
Esto de ver a la mujer en segundo plano, tiene su origen hace miles de años. La denominación de sexo débil proviene desde la creación, puesto que se creyó que al ser creadas en segundo lugar, también ocuparíamos un segundo lugar en la sociedad. El salir de la costilla de Adán no legitima que dependamos para todo de los varones. No obstante, a ellos por algo casi "obvio" se les suele ver independientes y fuertes, atribuyéndose el derecho de abusar de su auto impuesta condición de superioridad.
Sin embargo, la mujer y el hombre tienen estructuras reciprocas, siendo cada uno lo que el otro necesita, suena un poco cursi, pero es la realidad. La mujer inevitablemente se apoya en el hombre y a la vez lo envuelve, el hombre por su parte la sostiene, dejándose abrigar en ella. Es decir, el hombre y la mujer se necesitan, llega un momento en el cual esta lucha de roles, se extingue para dar paso a un proyecto de vida juntos.